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Índice de El principio de la reencarnación   

 

 
Capítulo 11
La Tierra es un organismo vivo, no podemos abandonarla en estado físico
Con respecto al pequeño destello de luz sobre el espacio vacío del universo, se verá por uno mismo que este espacio no es, ni nunca, en ninguna situación, podrá ser escenario para la vida y existencia física de otro modo que no sea a través del principio del nacimiento y la muerte orgánica. En virtud de este principio, entramos en el mundo físico desde el mundo espiritual. Y en virtud del mismo principio regresamos de nuevo al mundo espiritual. Que hayamos podido nacer en el mundo físico sólo se debe a que de antemano existía un mundo así. Pero un mundo físico no puede existir y dar posibilidades de vida a seres desencarnados sin ser un organismo vivo. La Tierra es un organismo así. En su estructura particular hay las posibilidades de vida particulares en las que se basa nuestra vida física diaria. En la misma medida en que eventualmente abandonemos la zona física de la Tierra, entraremos en el espacio vacío del universo, donde no tenemos ninguna posibilidad en absoluto de mantener nuestra existencia física. Salir al espacio vacío del universo es lo mismo que salir a una situación en la que nuestro organismo físico cesa de ser un instrumento para el mantenimiento de la vida, dado que las dimensiones físicas, que ha sido creado para vencer, ya no existen. Donde no hay aire los pulmones no pueden funcionar, donde no hay luz la vista no puede funcionar. Donde no hay sonido el oído no puede funcionar, del mismo modo que el uso del habla también es imposible. Pero a esto hay que añadir que la fuerza de gravedad, que, por lo demás, nos mantiene en nuestro lugar, tampoco existe y, con ello, nuestro centro de equilibrio deja de funcionar. Ya no existe ningún «arriba» ni «abajo» para nosotros. Y así nuestra facultad de orientación es anulada. Además, nuestro medio de transporte tendría que alcanzar una velocidad que, como mínimo, tendría que ser correspondiente a la velocidad de la luz, si este gigantesco viaje espacial no tuviera que colisionar con nuestra existencia que, en relación con esto, es como la de una efímera mosca.
      Tras esto, tendría que ser fácil de comprender que los viajeros espaciales físicos nunca llegarán vivos a las lejanas metas del espacio que se han fijado. Si su medio de transporte puede llegar ileso a su destino, lo cual probablemente no está fuera de sus posibilidades, en el mundo lejano la nave espacial sólo será una tumba, en la que sus pasajeros estarán enterrados. Así pues, el viaje espacial solamente será el funeral de unos suicidas. El espacio vacío del universo es espíritu y, por consiguiente, sólo puede ser transitado por seres espirituales.


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