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Capítulo 19
Objeto de meditación: «Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores»
«Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores». Esta oración es el gran resultado de un campo de meditación muy amplio. Perdonar a sus enemigos no es en absoluto nada sin importancia, dado que contribuye a crear el fundamento del destino de los hombres. Sin perdonar a sus enemigos ningún destino absolutamente constante y feliz. El autor del Padre Nuestro ha dicho en otro lugar cómo tiene que ser la relación con los enemigos para que uno pueda cumplir la ley del amor y ser uno con Dios, con las siguientes palabras: «Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, hace bien a los que os aborrecen y orad por los que os ultrajan y persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace que su sol salga sobre malos y buenos y que llueva sobre justos e injustos?» Para muchos concentrarse en esta oración es lo único necesario, aunque quizá aún no lo sepan y, por lo tanto, vivan en enemistad con éste o aquél y tengan que vivir con las consiguientes preocupaciones, penas y aflicciones.


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