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Capítulo 5
El origen eterno del universo
Como absolutamente todos los movimientos, todas las creaciones, así como todas las experiencias tienen su raíz absoluta en esta quietud o surgen de ella, dicha quietud no puede considerarse como una «nada». Esta quietud se expresará, por consiguiente, como «algo que es». Este «algo» está, por lo tanto, fuera de toda transformación, de todo movimiento. Constituye el origen de toda transformación o creación. Se diferencia, así pues, de todo lo perceptible, de todo lo creado en el universo o cosmos por el hecho de ser «el creador». Como, de este modo, no puede haber sido él mismo creado, sino que es el origen de toda creación, es así mismo el origen de todo lo que forma parte del concepto espacio y tiempo. Como es el origen del espacio y el tiempo, él mismo existe, por consiguiente, fuera del espacio y el tiempo, constituyendo así la eternidad y lo infinito. De este modo, podemos constatar aquí que tras todos los fenómenos que existen en el universo hay un «algo eterno», que es el origen del universo. Este algo se muestra o manifiesta su conciencia a través de los detalles y la creación de todo el universo y experimenta la vida por medio de esta creación. Este algo no puede, por consiguiente, tener ningún análisis. Si decimos que es grande, o si decimos que es pequeño, si decimos que es malo o que es bueno, que es claro u oscuro, negro o blanco, estos análisis serán análisis de algo que el mencionado algo ha creado y no algo que es. Existía antes de crear este o aquel fenómeno. Dicho fenómeno no puede, por lo tanto, de ninguna manera ser su análisis. Dicho algo sólo puede, así pues, expresarse como «algo que es». Este algo existe, de este modo, como «un algo eterno», que en sí mismo no tiene análisis. En su aparición carece de nombre. Este «algo» está descrito más detalladamente en «Livets Bog» con el concepto X1. Como también revela que tiene una facultad creadora, ésta también tiene que constituir «un algo eterno», porque si hubiera habido un tiempo en que esta facultad creadora no existía, X1 no habría podido crearla, y jamás habría podido llegar a existir. Como es eterna, tampoco puede tener ningún análisis. No puede ser vieja ni joven. No puede ser grande ni pequeña, porque todas las cosas creadas del universo han sido creadas en virtud de ella. Todas las facultades creadoras son idénticas a ella. Por consiguiente, es la única absolutamente existente. De este modo, también carece por naturaleza de nombre, aparte de ser «algo que es». Esta facultad se denomina, así mismo en «Livets Bog», X2. Pero como X1 y X2 han existido eternamente, también hay un resultado eterno de la existencia e interacción de estas dos realidades. Este resultado e interacción es el universo visible, que es sólo y únicamente una combinación de procesos creadores y resultados de estos procesos. A estos resultados los vemos como idénticos a «las cosas creadas». Este proceso eterno de transformación o creación, construcción y destrucción de la materia, o dicho brevemente, todo el universo, que aparece ante los sentidos, debido a su existencia eterna tampoco puede tener ningún análisis. Constituye, claro está, todo lo que existe. Y, por lo tanto, no hay ninguna otra cosa con la que se pueda comparar, y en virtud de cuya comparación pudiera ser conocido como grande o pequeño, como bueno o malo o como idéntico a cualquier otro análisis. Por lo tanto, aquí nos vemos precisados a conocerlo como sin nombre o simplemente como «algo que es». Por esto se le denomina en «Livets Bog» X3. Cada una de estas tres realidades sin nombre no existe independientemente por sí misma. Sólo es en los análisis donde tenemos que separarlas. Cada una de ellas es, al contrario, una parte que está en relación con las otras dos realidades sin nombre o «X», a las que se adapta de modo que juntas constituyen una realidad que experimenta y crea. Pero una realidad que experimenta y crea es lo mismo que «un ser vivo». Y así tenemos ante nosotros la solución absoluta del misterio de la vida. El análisis más profundo del universo es que éste constituye un ser vivo que todo lo abarca. Y aquí hemos llegado al único, todopoderoso y absoluto Dios existente, origen y protector de todas las cosas.


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