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Índice de ¿Qué es la verdad?   

 

 
Capítulo 3
Pilatos y «el perdón de los pecados»
¿Cuál es esta fuerza misteriosa que hace que Pilatos, a pesar de las protestas y objeciones de las autoridades, pida de un modo rotundo que a Jesús se le de el título de «Rey de los judíos»? Dado que no se trata de ironía y que tampoco puede ser antipatía, solamente puede tratarse de lo contrario, a saber, simpatía. Y cuando se trata de simpatía hacia Jesús, se hace evidente el hecho de que, en realidad, Pilatos reconoció sinceramente a Jesús como «el Rey de los judíos», es decir, lo reconoció como el más alto y mejor guía espiritual del pueblo judío. La pregunta que anteriormente Pilatos le había dirigido a Jesús de un modo irónico: «Qué es la verdad» fue, no obstante, respondida. Pilatos fue impulsado a reconocer a Jesús como «el Rey de los judíos». Este «Rey de los judíos» era un ser libre de culpa. Pero un ser libre de culpa solamente puede ser un ser que está totalmente en contacto con las leyes de la vida, y las leyes de la vida solamente pueden ser la verdad. Esta verdad se le manifestó a Pilatos bajo la forma del «Rey de los judíos». Las palabras de Jesús a Pilatos: «Sí, como dices soy Rey. Para esto he nacido... etc. etc.», se convirtieron en verdad para él. Por ello, no es de extrañar que al entregar a Jesús experimentase una cierta culpabilidad e intentara librarse de este sentimiento «lavándose las manos» de un modo oficial. Este «lavado de manos» fue, en principio, análogo al «sacramento del altar» (santa comunión) que más tarde sería usado por miles y miles de «Pilatos» con el mismo fin; es decir, para tranquilizar su conciencia y alcanzar «el perdón de los pecados».* «Tranquilizar la conciencia» sólo puede consistir, desde un punto de vista profundo, en un proceso de purificación intelectual. ¿Y no era acaso un proceso de este tipo el que Pilatos deseaba mostrar al pueblo y a sí mismo, de un modo oficial, cuando tomó agua, se lavó las manos en presencia de la multitud y dijo: «Inocente soy de la sangre de este justo. Vosotros veréis». Está muy claro que, en esta situación, Pilatos no se lavó las manos para liberarse de una suciedad de tipo material.
 
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* Notas aclaratorias de la traductora: En la Iglesia danesa la práctica católica del sacramento de la confesión es casi desconocida. El sacramento de la comunión incluye el perdón de los pecados.


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