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Capítulo 16
Nuestra felicidad depende no sólo de nuestra relación con los seres que nos rodean, sino también de nuestra relación con «las unidades de vida» o «sustancias» de nuestro organismo
Cada «unidad de vida» desencadena vibraciones; como éstas son diferentes, «las unidades de vida» se dividirán en clases según el carácter de la vibración que cada cual individualmente representa. Todo lo que se agrupa con el concepto «evolución» se basa precisamente en esta diferencia interior de clases.
      Todo en la existencia supone vibraciones. Las vibraciones se basan, por su parte, en las unidades de vida. Éstas se hallan en una escala infinita compuesta de peldaños, puesto que existe una escala infinita de clases de vibración más o menos prominentes. El hombre de la Tierra representa, en esta escala, una clase especial de vibración. Estas distintas clases de vibración se condicionan mutuamente; esto significa, por su parte, que nuestra vibración ordinaria, que es lo mismo que nuestra manifestación diaria y nuestra experiencia cotidiana de la vida, sería imposible solamente en virtud de nuestra propia vibración por el hecho de que está exclusivamente condicionada por un trabajo recíproco con las vibraciones del resto de seres que nos rodean. Si este trabajo se hace de una manera armoniosa, nuestra vida será perfecta; si se trata de un trabajo desequilibrado, nuestra vida estará dominada por la mutilación y el sufrimiento. El conocimiento de las unidades de vida y sus vibraciones, que son condición para que el hombre de la Tierra alcance una vida perfecta, es la circunstancia imprescindible para conseguir la salud absoluta del alma y del cuerpo. Una existencia totalmente feliz depende, por ello, no solamente de una buena colaboración con las unidades de vida que consideramos nuestros «semejantes», tal como hombres, animales y plantas, sino que depende, especialmente, de nuestra colaboración con las unidades de vida que, por lo general, no consideramos como seres vivos; a saber, las unidades de vida que se muestran a la vista física como «sustancias» «animales» y «vegetales». Es por ello que a continuación vamos a entablar conocimiento con aquellas unidades de vida, de entre las citadas, que son positivas para la vida cotidiana del hombre de la Tierra, y con aquellas que le son negativas.


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