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125. CAPÍTULO

Los seres que se burlan de la idea de no recoger flores son seres espiritualmente dormidos

En el proceso de llevar a esta humanidad de la ignorancia al conocimiento hemos pasado aquí la cuestión de la «cremación» y nos encontramos en un lugar donde la cuestión de –flores cortadas– se ha hecho actual.
      Pero puesto que esto de cortar o recoger flores, así como la creencia de que la planta no se vea afectada por esta mutilación, es una antigua tradición de muchos miles de años, hay, por supuesto, muchas personas que simplemente no pueden seguir estos análisis, sino que sólo los pueden considerar como increíbles, como una exageración, como ingenuidad y se sonríen ligeramente con un gesto de indulgencia. Pero nunca una sonrisa de indulgencia ha sido dirigida más directamente hacia su propio origen, nunca ha sido más revelador de manera desfavorable de este origen frente al ser verdaderamente informado que en este caso.
      ¿No es esta sonrisa, no es cualquier burla contra los que no quieren recoger flores, el golpe sonámbulo de un ser sugestionado en el aire vacío hacia una realidad imaginada que carece por completo de justificación intelectual? – ¿No está el resentimiento, el desprecio y la oposición contra los que no quieren recoger flores basado únicamente en el hecho de que esto de recoger flores es una tradición de miles de años en la que la gran mayoría de la gente de la tierra participa? – Pero postular o pensar que una acción sea correcta, porque es tradición, porque se ha convertido en costumbre, porque se ha puesto de moda, declararla absolutamente perfecta o infalible por la sencilla razón de que está practicada por muchas personas, no tiene absolutamente nada que ver con intelecto o ciencia. Por el contrario, las realidades mencionadas son sólo los momentos desencadenantes de la sugestión, del fomento de la «tendencia de manada» y, por lo tanto, hacen al individuo un ser dormido espiritualmente.


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